A medida que crece la demanda de energía limpia, también avanza la búsqueda de nuevos materiales capaces de enfrentar los desafíos del hidrógeno y su volatilidad. Desde Europa hasta el Golfo Pérsico, la tecnología siderúrgica de última generación está marcando nuevos estándares de seguridad y desempeño, incluso en las condiciones más extremas.
La gran promesa del hidrógeno como vector energético limpio depende de superar un desafío clave: almacenarlo de manera segura, compacta y rentable bajo alta presión. A medida que los países aumentan sus inversiones en hidrógeno verde —impulsados por metas de descarbonización más exigentes en Europa y el surgimiento de nuevos polos de producción en el Golfo Pérsico—, se acelera la carrera por desarrollar materiales y tecnologías capaces de resistir la naturaleza ligera y volátil del hidrógeno a presiones cada vez mayores.
Ahí es donde entra en juego la tecnología THera® de Tenaris. Combinando décadas de experiencia metalúrgica con un proceso de fabricación totalmente integrado, Tenaris se ha posicionado como líder mundial en almacenamiento de hidrógeno a alta presión. Sus recipientes THera®, diseñados y producidos en la planta de Dalmine, Italia, ya están siendo desplegados en distintas partes del mundo —desde Europa hasta Oriente Medio— para impulsar la próxima fase de la transición energética.
Alasdair Beveridge, Tenaris Sales Manager para la división de cilindros de gas, habla con la calma y seguridad de quien ha visto cómo un nicho industrial se transforma en un mercado en plena expansión. Escocés de Glasgow y con más de dos décadas en la empresa, ha recorrido el camino desde el petróleo y el gas hasta los sistemas de hidrógeno. “Somos únicos porque ofrecemos una solución de acero totalmente integrada”, comenta. “Cubrimos toda la cadena: desde la producción de acero en nuestro horno de arco eléctrico en Dalmine, hasta el laminado, la expansión y el conformado del recipiente final. Todo el proceso está bajo nuestro control”.
Esa integración vertical es una rareza en el mundo del hidrógeno. La mayoría de los competidores compran los tubos a terceros y luego envían los cilindros a otros proveedores para forjarlos o ensamblarlos. “Controlar la metalurgia es controlar la confiabilidad”, explica Beveridge. “Y cuando se trata de hidrógeno, la confiabilidad no es negociable”.
Los átomos de hidrógeno son diminutos, increíblemente móviles y tienden a difundirse en los metales, lo que puede causar fragilización por hidrógeno: un tipo de daño microscópico que debilita los materiales, sobre todo bajo presión cíclica. Para enfrentarlo, los ingenieros de Tenaris desarrollaron aleaciones de acero específicas, diseñadas y probadas para rendir de forma segura en entornos de hidrógeno a alta presión. “Diseñamos el gran recipiente teniendo en cuenta la fragilización por hidrógeno, asegurando que pueda operar de forma segura durante toda su vida útil”, explica Beveridge.
El resultado es la tecnología THera® de Tenaris, aplicada en una nueva generación de sistemas de almacenamiento de acero de alto rendimiento capaces de soportar presiones de hasta 1034 bar (15.000 psi). Cada uno de estos recipientes pasa por pruebas rigurosas y se certifica bajo los estándares más exigentes del mundo, incluidos los códigos del American Society of Mechanical Engineers (ASME) y la Pressure Equipment Directive (PED) de la Unión Europea. Además, el acero es totalmente reciclable y ha demostrado una excelente resistencia a la fatiga, algo esencial para los constantes ciclos de presurización que exige la infraestructura del hidrógeno.
Si bien los materiales compuestos, como los plásticos reforzados con fibra de carbono, son más livianos y han ganado popularidad en aplicaciones de movilidad, Beveridge señala que también presentan varios desafíos: resistencia limitada a cambios bruscos de temperatura o al fuego, sensibilidad a descargas rápidas, imposibilidad de vaciarlos completamente, inspecciones más complejas, una vida útil más corta y grandes dificultades —o altos costos— para su reutilización o reciclaje al final del ciclo. “Nuestra solución de acero puede ser más pesada”, concluye, “pero es robusta, reconocida y puede reacondicionarse y reutilizarse. Es una ruta probada y confiable”.
Un ejemplo impresionante del uso de THera® es la entrega que realizó Tenaris de nueve tanques de almacenamiento para la primera estación de carga de hidrógeno verde de Omán, desarrollada por Hydrogen Systems cerca del aeropuerto internacional de Mascate. La estación abastece a una flota de taxis impulsados por hidrógeno y forma parte del ambicioso plan nacional de Omán para producir 1,2 millones de toneladas de hidrógeno verde al año para 2030.
Los ocho depósitos de 1.034 bar y una unidad adicional de 550 bar permiten almacenar suficiente hidrógeno para abastecer 15 vehículos de cero emisiones por día. Además, la estación combina carga para vehículos eléctricos y suministro tradicional de combustible, un auténtico microcosmos del futuro multienergético que está tomando forma en todo el Golfo.
“Colaborar con Hydrogen Systems fue una gran oportunidad para expandir el alcance de nuestros sistemas de alta presión”, destaca Beveridge. “Demuestra lo que se puede lograr cuando se unen la metalurgia avanzada y la ingeniería modular”.
Cuando Beveridge se incorporó a la división de cilindros de Tenaris en 2012, “el mercado solo pedía almacenamiento a 200 bar. Eso era todo”, recuerda. Una década después, las estaciones de carga de hidrógeno trabajan habitualmente con presiones de entre 500 y 1000 bar para atender autos, ómnibus y, pronto, vehículos pesados. “Si no hubiéramos mirado hacia adelante, hoy estaríamos fuera del mercado”, afirma. “Aprendimos desde el principio que hay que anticiparse a necesidades que tal vez todavía no existen”.
La evolución de la compañía va de la mano del vertiginoso crecimiento del hidrógeno, que pasó de ser un tema de investigación a una frontera industrial. Los sistemas THera® están pensados no solo para movilidad, sino también para aplicaciones industriales: almacenamiento de energía eólica y solar, insumo para acero verde o amoníaco, y transporte de hidrógeno a gran escala. “Las estaciones de servicio son solo la punta del iceberg”, dice Beveridge. “La verdadera oportunidad está en las industrias más difíciles de descarbonizar —la siderurgia, la química, el transporte pesado— donde el hidrógeno puede reemplazar a los combustibles fósiles a gran escala”.
El auge del hidrógeno verde ha captado la atención tanto de los responsables políticos como de los inversores. Producido mediante electrólisis alimentada con energía renovable, no genera emisiones de CO₂ en su uso y ofrece una alternativa real para descarbonizar sectores a los que las baterías no llegan. Aun así, el entusiasmo viene acompañado de ciertos desafíos.
La producción sigue siendo costosa: la electrólisis demanda mucha energía y el transporte del hidrógeno a largas distancias implica pérdidas de eficiencia y mayores costos. Además, la infraestructura —desde compresores hasta redes de repostaje— requiere fuertes inversiones, y las normas de seguridad deben avanzar al mismo ritmo que la innovación.
Aun con esas dificultades, las ventajas son evidentes. El hidrógeno puede almacenar excedentes de energía renovable, estabilizar redes eléctricas y propulsar vehículos de larga distancia sin el peso extra de las baterías. En los polos industriales o puertos donde se puede producir y consumir localmente, la ecuación económica mejora rápidamente.
La mirada de Beveridge es pragmática: “No existe una solución única y perfecta. Se trata de crear sistemas confiables y escalables que permitan a cada mercado avanzar a su propio ritmo. Los sistemas de almacenamiento THera® son uno de esos habilitadores”.
A medida que el uso del hidrógeno se expande, los marcos regulatorios internacionales también están evolucionando, y Tenaris juega un papel activo en ese proceso. “Participamos a nivel global en la definición de esos marcos”, comenta Beveridge. “Organizaciones como ISO y ASME están estableciendo cómo deben diseñarse, probarse y certificarse los grandes recipientes a presión. Nosotros contribuimos a orientar esas discusiones”.
Y esa participación es clave. Con la seguridad bajo la lupa y nuevos actores sumándose al sector, la confianza en los materiales y en la integridad del proceso de fabricación se vuelve esencial. Al llevar su experiencia en la industria del acero al terreno regulatorio, Tenaris está ayudando a definir los estándares de confiabilidad que sostendrán el desarrollo de toda la economía del hidrógeno.
A pesar de toda su complejidad técnica, el siguiente paso de Tenaris es, en esencia, muy simple: facilitar el uso del hidrógeno. “Los clientes ya no buscan solo cilindros”, explica Beveridge. “Quieren soluciones completas, listas para usar”. Para responder a esa demanda, Tenaris está trabajando con los socios de su cadena de suministro para ofrecer sistemas modulares de estanterías: conjuntos de almacenamiento totalmente equipados que pueden enviarse en contenedores e instalarse rápidamente en el sitio. “El desafío ahora es entregar el paquete completo, desde la pintura y las estanterías específicas hasta todos los accesorios, para que el cliente solo tenga que colocarlo y conectarlo”, detalla.
Desde la planta de Dalmine, Tenaris ha enviado sistemas de almacenamiento THera® a Omán, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, reforzando su alcance global. “El hidrógeno puede producirse localmente”, agrega Beveridge, “pero las normas y la tecnología tienen que funcionar a escala mundial”.
De cara a los próximos cinco o diez años, Beveridge anticipa una diversificación constante. Las redes de repostaje seguirán creciendo, pero los mayores volúmenes vendrán de los usos industriales: almacenamiento de energía, acero verde y transporte pesado. A medida que bajen los costos de producción y la infraestructura madure, el hidrógeno dejará de ser experimental para convertirse en parte natural de las cadenas de suministro globales.
El hidrógeno puede ser el elemento más liviano del universo, pero almacenarlo de forma segura exige una gran dosis de especialización. La tecnología THera® de Tenaris encarna justamente esa paradoja: metalurgia de vanguardia sustentada en la maestría industrial de toda la vida.
En un sector lleno de materiales experimentales y startups sin trayectoria, Tenaris se distingue por su control integral del proceso, la fiabilidad comprobada de su acero y su capacidad para empujar los límites técnicos sin perder de vista la practicidad. A medida que el mundo confía cada vez más en el hidrógeno para equilibrar su matriz energética, la silenciosa solidez de THera® bien podría marcar el estándar de un futuro más limpio… y con mucha más presión.