Hidrógeno turquesa

De la idea a la inversión: Tulum Energy asegura 27 millones de dólares

La reciente ronda de financiación inicial marca un punto de inflexión en el camino de Tulum Energy, que consolida su autonomía operativa tras surgir bajo el ala de TechEnergy Ventures (TEV), el brazo de capital de riesgo corporativo del Grupo Techint.

#12-Julio 2025

A medida que las industrias de todo el mundo buscan soluciones concretas para recortar emisiones, el capital de riesgo gana protagonismo como motor de las tecnologías más disruptivas. En plena carrera global por escalar la producción de hidrógeno, la pirólisis de metano emerge como una alternativa versátil, competitiva en costos y sin emisiones de carbono. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda de hidrógeno podría duplicarse hacia 2040, impulsada en gran medida por el sector de la industria pesada.

Tulum Energy, la primera venture creada bajo el ala de TechEnergy Ventures, está desarrollando una innovadora tecnología de pirólisis de metano para generar hidrógeno turquesa y carbono sólido como coproducto. La empresa acaba de cerrar una ronda de financiación inicial de 27 millones de dólares. La iniciativa fue liderada por CDP Venture Capital -a través de su Fondo de Transición Verde- y TDK Ventures. También participaron MITO Technology (vía MITO Tech Ventures), Doral Energy Tech Ventures, y TechEnergy Ventures (TEV), el brazo de capital de riesgo corporativo del Grupo Techint.

Un enfoque revolucionario para un proceso bien conocido

Tulum Energy nació de una alianza entre TEV y Tenova, referente global en tecnologías para la producción de hierro de reducción directa (DRI) apto para hidrógeno y hornos de arco eléctrico. Su tecnología clave y extensa experiencia están siendo redirigidas para escalar la producción de hidrógeno limpio y rentable, pensado especialmente para usuarios industriales. La propuesta apunta a sortear los cuellos de botella económicos y de infraestructura que hoy enfrentan las rutas del hidrógeno verde y azul. Además, abre nuevas oportunidades al valorizar los coproductos de carbono sólido, con un impacto directo en la descarbonización del sector.

"Estamos reutilizando maquinaria, componentes y know-how técnicos que ya están probados y disponibles en el mercado", explicó Massimiliano Pieri, CEO de Tulum Energy. "Eso nos da una ventaja en eficiencia de capital y nos permite escalar rápidamente. Con este modelo, podemos abastecer de hidrógeno a industrias como la del acero, el amoníaco y los productos químicos sin necesidad de apoyarnos en créditos fiscales o subsidios. No dependemos de electrolizadores ni de nuevas líneas de transmisión: trabajamos con lo que ya existe, transformándolo en una solución libre de emisiones de carbono”.

Este enfoque pragmático reduce el riesgo técnico, acelera los tiempos de desarrollo y le da a la empresa acceso inmediato a una cadena de suministro madura, con equipos y componentes ya disponibles. El resultado es una curva de costos altamente competitiva y una integración fluida con los ecosistemas industriales existentes.

Los fondos recaudados en esta primera ronda de inversión tienen un fin estratégico: se destinarán a la construcción de una planta piloto en Pesquería, México, ubicada dentro del complejo industrial de Ternium, parte del Grupo Techint.

"Ternium es uno de los principales productores de acero de América. Hoy está en una posición privilegiada para incorporar hidrógeno de bajas emisiones a un costo competitivo en sus procesos de reducción directa de hierro (DRI). Es, sin duda, un socio estratégico ideal", manifestó Alejandro Solé, Chief Investment Officer de TEV.

Un camino de innovación diferente

Tulum Energy representa la primera empresa gestada por completo dentro de la plataforma de creación de empresas de TEV. El proyecto combina el expertise industrial del ecosistema del Grupo Techint con la agilidad y el enfoque disciplinado de una startup, respaldada por una coalición de inversores globales.

El venture-building se ha consolidado como una herramienta clave de innovación corporativa: permite a las empresas aprovechar su conocimiento y experiencia para incursionar en áreas que, si bien no forman parte de sus prioridades inmediatas de innovación, les da a los proyectos la velocidad y agilidad propias de las startups con las que, tarde o temprano, deberán medirse. Sin embargo, aunque este enfoque de creación de empresas promete retornos financieros significativos, suele enfrentar barreras estructurales y la inercia típica de las grandes corporaciones, razón por la cual son pocas las historias que llegan a buen puerto.

"Normalmente invertimos en startups, pero cuando se presentó la oportunidad y vimos el potencial tecnológico, quisimos explorar si podíamos trazar un nuevo camino de innovación aprovechando el talento y la experiencia del Grupo Techint", apuntó Solé.

"Empezamos a explorar la posibilidad de reutilizar un horno de arco eléctrico a partir de ensayos internos y del profundo conocimiento que tenemos sobre esta tecnología", explicó Pablo Argenta, Executive Vicepresident de la Unidad de Negocios Upstream de Tenova. La idea fue tomando forma a través del desarrollo de prototipos y del análisis del potencial para escalar la producción de hidrógeno turquesa con destino industrial.

Si bien el proyecto no figuraba entre las prioridades estratégicas de Tenova, sí encajaba dentro del campo de inversión de TechEnergy Ventures. Al tratarse de una tecnología con altos requerimientos de capital para su validación, fue necesario conformar un consorcio que sumara a inversores externos.

A lo largo de tres años, TEV trabajó codo a codo con Tenova en el desarrollo tecnológico, con Techint Ingeniería y Construcción para el trabajo de ingeniería inicial y con Ternium para asegurar una oportunidad piloto.

"Desde el inicio teníamos claro que la única manera de construir una planta piloto era con el respaldo de un sindicato de inversores. Por eso diseñamos un plan de trabajo con todos los hitos necesarios para atraer a inversores institucionales y su respaldo", detalló Solé.

Así nació Tulum: a partir de un descubrimiento fortuito dentro de Tenova, fortalecida por TechEnergy Ventures mediante un proceso interno riguroso con el objetivo de abrir nuevas rutas para la descarbonización industrial, en línea con la visión estratégica de largo plazo del Grupo Techint.

El proceso de venture building incluyó:

  • La idea inicial de Tenova: reutilizar un horno de arco eléctrico para producir hidrógeno.
  • Validación de la oportunidad y desarrollo de una tesis de inversión por parte de TEV.
  • Diseño de tecnología y presentación de solicitudes de patente.
  • Desarrollo del diseño de procesos y balance de planta junto a Techint E&C.
  • Interacción temprana y constante con inversores externos cuya retroalimentación sirvió para guiar el proceso.
  • Identificación de un sitio piloto para probar la tecnología.
  • Estrategia de negocio y construcción del relato para acompañar el proceso.
  • Conformación e integración de equipos.
  • Estrategias de comunicación, marketing y relaciones con inversores.
  • Y finalmente, una ronda de financiamiento externo para apuntalar la creación de la compañía.
De la creación de empresas al capital

Una vez definidos la tecnología, el equipo y la hoja de ruta, Tulum dio el salto y se consolidó como una empresa independiente, un paso crucial para atraer capital externo.

“Diseñamos el plan de trabajo y estructuramos el proceso, poniendo el foco en lo que los inversores como nosotros buscan en una startup: una propuesta única con potencial de ventaja competitiva sostenible, un equipo con trayectoria emprendedora y dominio técnico en el sector, y una estrategia clara tanto en lo tecnológico como en lo comercial”, resaltó Solé. "Desde el inicio, buscamos el feedback de los inversores y cuando logramos armar el equipo adecuado, supimos que teníamos todas las piezas para llevar adelante una ronda de financiamiento exitosa”.

Armar un equipo cualificado para liderar el proyecto fue uno de los hitos más decisivos del proceso en su etapa intermedia: representó la primera validación externa concreta de que el concepto tenía potencial. "Cuando vimos el nivel y la experiencia de los fondos interesados en sumarse a esta iniciativa -y dispuestos a asumir riesgos emprendedores- sentimos que estábamos frente a algo con gran potencial", contó Andrea Siciliani, Director de TechEnergy Ventures.

El último gran desafío fue reunir 25 millones de dólares en una ronda semilla, una cifra muy por encima de lo habitual en esta etapa temprana. Aunque el equipo técnico estaba convencido de que esta era la vía más eficiente de mitigar riesgos, Tulum aún debía lograr convencer a los inversionistas externos de esta visión.

“Desde el inicio fuimos completamente transparentes y directos con los inversores: sabíamos que seguir en el laboratorio no iba a reducir sustancialmente el riesgo. Justamente por eso era clave asegurar los fondos para construir la planta piloto”, detalló Siciliani. "Los inversores entendieron que el tamaño de la ronda quedaba justificado por una hoja de ruta acelerada, posible gracias a nuestra capacidad de aprovechar tecnologías y proveedores ya disponibles una vez superada la etapa piloto", finalizó.

Ese enfoque fue clave para cerrar con éxito la ronda semilla de 27 millones de dólares, respaldada por referentes del sector. CDP Venture Capital -gestor del Fondo de Transición Verde de Italia- se comprometió a apoyar el centro de I+D de Tulum en Milán, aprovechando la sólida cadena de suministro industrial italiana. TDK Ventures, brazo de capital emprendedor del gigante japonés TDK, aportó su red tecnológica global para acelerar la llegada al mercado. Por su parte, MITO y Doral Energy Tech Ventures sumaron profundidad y solidez institucional al consorcio inversor.

Dadas las ambiciones de crecimiento del proyecto y el capital requerido para reducir riesgos y escalar la tecnología, resultaba clave contar con una estructura y un modelo de gobernanza alineados con los estándares del capital de riesgo. TEV estructuró la empresa como una startup clásica respaldada por venture capital: con una junta directiva independiente y participación de accionistas externos. Esta independencia resultó fundamental para captar el interés de inversores institucionales y consolidar a la ronda.

Alto riesgo, alto aprendizaje: ¿qué sigue para TEV?

Desde el principio, TEV fue consciente del riesgo compuesto que implicaba construir una empresa desde cero: por un lado, el desafío estructural del modelo de venture building; por otro, la incertidumbre propia de las startups tecnológicas en sus primeras etapas.

Sin embargo, Tulum Energy demostró que es posible crear emprendimientos invertibles con capital externo, apalancando sus capacidades internas. Aunque su éxito a largo plazo dependerá de su capacidad de ejecutar su hoja de ruta, el proceso en sí ya marcó un hito: trazó un nuevo camino para la innovación.

"El esfuerzo de creación de empresas dejó en claro que el Grupo puede innovar como nunca antes lo había hecho. Fue un proceso complejo que llevó casi tres años, pero el modelo de venture building y todo lo que aprendimos en el camino ya son activos disponibles para futuras iniciativas”, señaló Siciliani.

La experiencia de Tulum sienta las bases para nuevos esfuerzos de innovación, especialmente en áreas adyacentes al core business del Grupo y en línea con su estrategia de largo plazo para la transición energética.

TechEnergy Ventures también está abriendo el juego a otras corporaciones que poseen tecnologías internas con potencial para convertirse en emprendimientos escalables. Además, acompaña a emprendedores en etapa exploratoria, ofreciéndoles capital y compartiendo aprendizajes valiosos surgidos de haber transitado ese camino antes.