Entrevista

“Lo hacemos porque importa”: cómo Tecpetrol está redefiniendo la reducción de emisiones en la industria energética

La empresa está siempre buscando nuevas formas de reducir sus emisiones en una de las cuencas energéticas más activas de América Latina. Con innovación práctica, datos abiertos y una cultura ambiental que crece día a día, está demostrando que es posible seguir desarrollando la producción de petróleo y gas de manera responsable, sin perder de vista las metas globales de sostenibilidad.

#14-Noviembre 2025
Proyecto de mitigación digital de venteo implementado en el yacimiento Los Toldos II Este, en Vaca Muerta.

Como uno de los principales productores de energía de la región, Tecpetrol tiene muy claro el peso y la responsabilidad que ese rol implica. Este compromiso se rige por una estrategia corporativa sobre la gestión de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que garantiza la coherencia y la eficacia en todas las operaciones. Cecilia Carreño, Environmental Manager en la Cuenca Neuquina, cuenta cómo nació este enfoque, cómo se lleva a la práctica en el día a día y hacia dónde apunta la compañía.

Esa forma de pensar se refleja en cada rincón de las operaciones: desde la electrificación de los campos hasta la detección avanzada de fugas y los programas que fortalecen la cultura ambiental. Paso a paso, la empresa está consolidando una gestión de gases de efecto invernadero (GEI) más rigurosa y proactiva, muchas veces adelantándose incluso a las exigencias regulatorias.

Tecpetrol comenzó a trabajar en el tema de las emisiones mucho antes de que lo exigieran las autoridades reguladoras o la presión de los inversores. ¿Cómo logra la empresa mantener este compromiso voluntario incluso sin que exista todavía una obligación formal que la respalde?

Tecpetrol es una empresa privada, por lo que no tiene encima la presión del mercado ni de organismos internacionales que le marquen el camino o le impongan metas obligatorias de reducción de emisiones. Todo lo que hacemos nace de un compromiso genuino y proactivo. Este recorrido empezó en 2014, cuando elaboramos nuestros primeros inventarios de emisiones de forma manual, siguiendo los estándares de la Environmental Protection Agency (EPA) de Estados Unidos, del Protocolo GEI y del American Petroleum Institute (API), la principal asociación del sector petrolero estadounidense, versión 2001. En 2021 dimos un paso más: incorporamos a un consultor externo para realizar un inventario completo, aplicando metodologías reconocidas a nivel mundial.

Esa decisión de alinearse voluntariamente y desde temprano hoy le permite a Tecpetrol adelantarse a los cambios normativos que se vienen. En Argentina, el marco regulatorio sobre emisiones fugitivas todavía está en construcción, y estar listos le da a la compañía una ventaja clave: datos más sólidos y cumplimiento asegurado. Tecpetrol cuenta con su propia hoja de ruta para la gestión de GEI (2025-2028), cuyo objetivo es mejorar la fiabilidad de los datos mediante una revisión exhaustiva para identificar las fuentes de emisiones y mantenerlas actualizadas, al tiempo que se investigan nuevas herramientas de software para automatizar la presentación de informes y mejorar su precisión.

Esta mentalidad proactiva, que ya es parte del ADN de la empresa, está en línea con una tendencia que atraviesa a toda la industria. No hace tanto, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advirtió que “los productores de petróleo y gas enfrentan un momento decisivo a medida que avanza la transición hacia energías más limpias: deben reducir las emisiones de sus operaciones o arriesgarse a perder su licencia social para operar”.

Sin embargo, en un contexto de tensiones geopolíticas y creciente preocupación por la seguridad energética, la AIE también ha subrayado que hoy garantizar un suministro confiable y accesible es tan importante como avanzar en sostenibilidad. Por eso, los productores de energía enfrentan un doble desafío: reducir emisiones cada vez más rápido, pero sin poner en riesgo la seguridad del suministro. De no lograr ese equilibrio, podrían quedarse cortos tanto frente a las expectativas regulatorias como ante la confianza del público.

Las operaciones de petróleo y gas generan inevitablemente emisiones. ¿Cuáles considera que son hoy los principales desafíos técnicos para avanzar en la descarbonización?

Muchas emisiones forman parte del propio diseño de los equipos —como las que provienen de la combustión o de las operaciones rutinarias— y, por lo tanto, no pueden eliminarse del todo. Pero hay un margen enorme para reducir otras, desde pequeñas fugas en juntas de tuberías hasta válvulas de purga que no sellan bien. Incluso los ajustes más mínimos pueden marcar una gran diferencia. Por eso, nuestros mayores esfuerzos se concentran en los compresores y tanques de almacenamiento, que son las principales fuentes de emisiones en las operaciones con hidrocarburos.

Por ejemplo, instalamos Unidades de Recuperación de Vapor en los tanques, que suelen ser grandes emisores fugitivos. Cuando un tanque se llena, el espacio libre se llena de gas, que normalmente se escaparía a la atmósfera. Estas Unidades de Recuperación de Vapor capturan ese gas, que luego se reinyecta en el proceso. Además, implementamos procedimientos más precisos para evitar fugas en las válvulas de purga, que a veces quedaban abiertas por residuos como arena.

Otro avance clave en la reducción de emisiones fue la electrificación de campo: ahora nuestras plataformas y campamentos se alimentan directamente desde la red eléctrica, en lugar de depender de generadores diésel. Todo esto forma parte del enfoque práctico y gradual de Tecpetrol, que confirma lo que dice la AIE: “reducir las emisiones de metano y CO₂ no depende tanto de nuevas tecnologías, sino de una operación disciplinada y del uso inteligente de las herramientas que ya existen”.

Tras años de trabajar con inventarios basados en factores de emisión y cálculos estandarizados, Tecpetrol dio en 2024 el paso hacia la medición de campo en tiempo real. ¿Cuáles han sido los principales desafíos para asegurar la confiabilidad de esos datos?

Empezamos a usar vuelos con aviones equipados con sensores capaces de detectar emisiones. Pensemos que un campo petrolífero puede abarcar 300, 500 o incluso 600 kilómetros cuadrados: imposible cubrir semejante extensión solo con drones o cámaras en tierra. Este cambio marca una evolución clara: pasamos de los datos teóricos a la evidencia empírica. Las mediciones en campo sirven, sobre todo, para detectar zonas que necesitan reparación. Si encontramos un área con niveles altos de emisiones fugitivas —las únicas que pueden medirse directamente en el terreno—, usamos una cámara infrarroja de alta precisión para inspeccionarla, ubicar la fuga y hacer las reparaciones necesarias. Ese es el objetivo de las campañas de medición. Nuestra hoja de ruta para la gestión de GEI muestra que hasta la fecha hemos completado tres campañas de medición aérea, y tenemos previstas nuevas inversiones para seguir utilizando sistemas de medición y optimizar la precisión de los datos.

Ha definido la gestión de emisiones como un verdadero cambio cultural. ¿De qué manera Tecpetrol logró pasar de la simple concientización al sentido de pertenencia y compromiso?

Los principales desafíos han sido introducir una nueva variable y lograr que toda la empresa incorpore otra mirada. Tradicionalmente, al evaluar un proyecto se lo analizaba desde el punto de vista técnico y económico; ahora sumamos una variable más: el impacto ambiental. Eso implica considerar las emisiones al comparar distintos equipos o modos de transporte, por ejemplo. Al principio, nadie nos pedía hacerlo. Pero hoy, con el tema en boca de todos, empezaron a surgir ideas, sinergias y soluciones, incluso en operaciones con condiciones muy exigentes. Es un tema que atraviesa a toda la compañía. Y lo más importante, nació desde adentro.

El gran punto de inflexión llegó en 2024, cuando lanzamos el programa Champions para involucrar directamente al personal operativo en los objetivos ambientales. Cuatro personas del área de Operaciones fueron elegidas como aliadas ambientales, con la misión de generar conciencia y recopilar ideas de mejora. Lo que empezó como un piloto de seis meses terminó siendo un verdadero catalizador del cambio, logrando que la gestión de emisiones pasara a ser responsabilidad de todos.

A eso se sumaron talleres y campañas internas, como Acciones para reducir las emisiones, con un folleto digital que llegó a cientos de colaboradores en Argentina y Colombia. Y una vez cumplidos los objetivos, el programa Champions fue dando paso a una nueva etapa: los propios Project Leaders tomaron la posta.

Colaboradores participan en un taller orientado a promover la concientización y las mejores prácticas para la reducción de emisiones.

¿Cómo está afrontando Tecpetrol los retos que supone el cumplimiento de los Alcances 1, 2 y 3?

Por ahora estamos concentrados en los Alcances 1 y 2. El Alcance 3 —que incluye las emisiones a lo largo de toda la cadena de valor— es mucho más complejo, porque abarca desde los proveedores y contratistas hasta el uso final de nuestros productos. Analizarlo implica mirar todo el ciclo: cómo se produce, se transporta y finalmente se consume la energía.

El Alcance 1 cubre las emisiones directas de nuestras propias operaciones, mientras que el Alcance 2 corresponde a las emisiones indirectas del uso de energía comprada (como electricidad, calor o refrigeración). En cuanto a los proveedores clave —equipos de perforación, fractura o logística— ya empezamos a comparar el consumo de combustible de sus flotas para identificar diferencias y oportunidades de mejora.

Además, estamos evaluando un nuevo proyecto que apunta a electrificar completamente el campo apenas llega la plataforma, y no recién cuando se pone en marcha el pozo. Ese cambio ha permitido reducir de forma notable las emisiones de Alcance 1 durante toda la etapa de perforación.

Tecpetrol comparte mejores prácticas tanto con sus pares a través de la Comisión de Emisiones del IAPG como con sus empresas hermanas dentro del Grupo Techint. ¿De qué manera ese intercambio influye en su estrategia?

Hemos logrado construir una red de colaboración muy sólida, no solo con otros operadores a través de la Comisión de Emisiones del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), sino también con las autoridades regulatorias de Neuquén. Gracias a ese trabajo conjunto, hoy avanzamos en la estandarización de metodologías y en el desarrollo de nuevos protocolos para la gestión de inventarios de emisiones.

Dentro del Grupo Techint también aprendemos mucho del intercambio con nuestros pares industriales, como Ternium y Tenaris. Ellos, al ser empresas que cotizan en bolsa, ya cuentan con indicadores de desempeño (KPI) y sistemas muy avanzados, de los que hemos tomado valiosas lecciones. Claro que su realidad es industrial y la nuestra, extractiva; no podemos simplemente copiar y pegar, pero sí adaptar lo que mejor funciona.

Este diálogo intersectorial nos está permitiendo alinear a Tecpetrol con los principales estándares internacionales de reporte, como GRI, SASB e IPIECA, todos ellos claramente reflejados en nuestro Informe Global de Sostenibilidad.

Los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta presentan una menor intensidad de emisiones, aunque con una complejidad operativa mucho mayor. ¿Cómo se logra equilibrar la necesidad de mantener una producción a gran escala con el control riguroso de las emisiones?

Está clarísimo: las emisiones crecen al ritmo de la producción. Pero hay mucho margen para eliminar las que son innecesarias —como las que provienen de fugas, respiraderos o quemas— y corregir ineficiencias. Una parte clave de nuestro trabajo pasa por formar a las personas y consolidar una nueva cultura ambiental en toda la organización.

Buscamos constantemente las mejores prácticas a nivel global para seguir mejorando nuestros estándares, y ya incorporamos criterios ambientales y de emisiones desde la etapa de diseño de nuestra nueva Planta Central de Procesamiento (CPF) en Los Toldos II Este. Hasta los detalles más pequeños —como la altura de las válvulas en las líneas de compresión o los sistemas de purga— se debaten en las reuniones de ingeniería con meses de anticipación. Es una nueva forma de pensar. Y al contar con Techint E&C en la construcción, sabemos que los estándares de diseño ya integran consideraciones ambientales internacionales.

También estamos apostando a soluciones innovadoras para transformar el gas quemado en gas productivo. Un ejemplo que nos llena de orgullo es el Proyecto de Mitigación de la Quema de Gas Los Toldos II Este, que desarrollamos junto a Unblock en la Cuenca Neuquina. Cuando las nuevas regulaciones nos obligaron a dejar de liberar gas a la atmósfera, no lo vimos como una traba, sino como una oportunidad para crear. En lugar de cerrar los pozos, capturamos unos 50.000 m³ diarios de gas residual y los aprovechamos para alimentar centros de datos de minería de criptomonedas. El resultado: unos 12 megavatios de potencia informática y casi 100.000 toneladas de CO₂ menos al año. Una muestra clara de cómo el cumplimiento normativo puede impulsar la innovación y cómo la responsabilidad ambiental puede convivir perfectamente con la producción.

Otros hitos incluyen la implementación de medidas simples pero efectivas, como limitar la purga del desarenador a 13-15 segundos, lo que reduce las emisiones fugitivas a costo cero.

De cara al futuro, ¿cuáles son los objetivos a largo plazo de Tecpetrol y qué planea hacer la empresa para mantenerse en el buen camino?

Este año, por primera vez, establecimos oficialmente una meta corporativa cuantitativa de reducción de emisiones. El objetivo es concreto: reducir en un 5% la intensidad de las emisiones para 2028, tomando como referencia los niveles de 2023 en todas las operaciones de Tecpetrol, incluida la Cuenca Neuquina. Esta meta forma parte de una hoja de ruta plurianual que conecta directamente los proyectos operativos con la planificación presupuestaria y el seguimiento de avances. Al tomarnos el tiempo para hacerlo bien, podemos planificar, asignar recursos y ejecutar cada acción de manera ordenada y efectiva.

Nuestra hoja de ruta incluye hitos clave como la actualización de las fuentes de emisión y la revisión de las metodologías, la realización de una revisión del inventario histórico, la preparación de documentos formales sobre proyectos de gestión y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la investigación de software que permita la presentación de informes automatizada y la revisión continua de nuestros objetivos de reducción. Para estas actividades, trabajamos con consultores y proveedores líderes en gestión de emisiones de GEI, al tiempo que garantizamos su aplicabilidad en todas nuestras operaciones en Argentina, Ecuador, Colombia y México.

Estamos avanzando en varios frentes al mismo tiempo: construyendo una nueva cultura, desarrollando herramientas y fortaleciendo alianzas que harán de la gestión de emisiones una parte natural e integrada de nuestro trabajo diario.